Carmen Gloria Baeza Seco
Dónde está el otro zapato
A todas ellas, las que aún no encuentran el camino de regreso
Levántate y emerge del Pacífico
Devuelve el eco a las montañas
que aún te buscan
navega sobre las nubes
sigue mi voz que te llama a cada instante
o despliega tus alas para escapar del laberinto sordo
que te impide volver al redil
Vuelve
Yo sigo atando el ladrido de los perros al maldito silencio de la noche
mastico el desaliento
bebo piedra hirviendo
las avispas hacen nidos de lancetas en mi pecho
Se me acaba la vida y la memoria sigue aquí
pesando universo en este aire que respiro
Dónde estás
Tus pijamas vacíos siguen bailando para mí
sobre tu cama
He viajado por los días con la ventana pegada en mis ojos
y el mundo se detiene al imaginar tu sola sombra
cada día un poco más remendada por mi memoria
viniendo hacia mí desde lejos
Cuídate
Aún murmuro esa palabra cada mañana
como un mantra
como antes
como cuando sólo era una palabra lanzada al aire
y la hacía flotar hasta tu sonrisa detenida en la puerta
Cuídate
Eran nada más que unas cuántas letras
reunidas bajo la tilde
segura de que al llegar la tarde
se transformarían en el alegre repiqueteo de tus tacones
sobre las baldosas de la entrada
Aún le hago mil preguntas a ese el zapato azul
que logró quitarse de tu pie y se ocultó entre los arbustos
cuando los esbirros del Dictador te arrancaban como maleza
desde el antejardín de la casa
Yo le pregunto por sus rostros y sus nombres
pero él solo quiere hablar de su compañero perdido
Nadie más que yo podría comprender su angustia
a fin de cuentas
de qué vale un zapato solo
Dónde ha quedado el otro zapato
dónde está tu pie desnudo que se me vuelve escarcha
y me congela por dentro en cada imagen
dónde está tu voz antígona que no me llama madre
desde hace diez mil quinientos doce millones de miedos y silencios
Quién ha oscurecido tus ojos y hasta cuándo
Qué umbría Dios
dime qué cadenas o qué muerte
Del libro Hebra de Silencios. Editorial La Trastienda.