Carmen Gloria Baeza Seco
Réquiem a un planeta llamado tierra
Nadie asistió a la inhumación
no hubo un perdón siquiera
aun una lágrima
o un puñado de pétalos en donde su tumba abierta
Nada sino esa abulia que de siglos
pero nadie
Se oye un graznido
Algo se arrastra
Aterrador puede ser el silencio cuando la muerte
Un cachalote de diez metros varado desde un viernes cualquiera
en Playa Luna de Horcones
Sin lesiones atribuibles a la acción humana
(Se procede a retirar material reciclable de su estómago)
Junto al cadáver una sonrisa infantil se toma selfies
excelente material para los amigos de la red
Buitres y científicos cada quien en su oficio
Bien conservado un esqueleto como este
puede alcanzar un alto precio en el mercado
Tibio y nauseabundo el aire gira
en un círculo de doce mil setecientos cuarenta y dos kilómetros
Las olas no han venido y entonces
arena reseca
no hay gaviotas o zarapitos corriendo por la playa
sólo un aleteo
Será el hambre
Cuánto tiempo queda para que también los hombres
A ver Los poderosos
los que han intercambiado todo en el mercado de capitales
digan cuánto
Se hace tarde
Me he sentido algo desorientada últimamente
Qué día es hoy
Guardemos respetuoso silencio y oremos
sobre la tumba de la tierra
o mejor aún lloremos
Del libro Hebra de Silencios. Editorial La Trastienda.