Diosceline Camacaro-Martínez
Taína
La altivez de tus hijas infla pecho como espuma de mar
Ofende a quienes cruzan el arrecife para romperlo
clavando maldiciones futuras
Atraviesa el Atlántico con el sabor de la guayaba
¡No me toquen, ando endiablá!
Te soy honesta así son los versos sencillos
Lástima que no los ama la providencia
Locura abrasadora que consume los labios que pronuncian desaciertos
y repite en nuestras cabezas sóngoro-cosongo
Sonríe como si el mundo entero te contemplara
versos Rodríguez-Cárdenas
Antes de la pesadilla con tambor
Se cruza las veces que sea para morir lejos del peso de la orilla
más cercana a las 6 muertes de Virgilio de acuerdo con Arenas
Recuerda que el caimán destroza lo que cae a plena luz del día
Robaron nuestras perlas
eso contaba mi abuela antes de reposar en la hamaca
Mientras fingimos aceptar la clemencia de la pólvora
que también miente en los libros de historia
(Poder-poder
vuelvo a ti Cemí.
Acéptame)
Maldigo las crónicas que nos llevaban sin ropajes
A veces en jaulas con el espectáculo y vil argumento ¡Carecen de alma!
Heme tranquila en siglos
Aprendimos hablar las lenguas de sus mundos
e indómitas preservamos las nuestras en el yopo.