Euclides Molina
Potosí
Oremos
Por la diosa moribunda y cansada, que en sus venas vacías ronda el viento sollozando.
Va en procesión el diablo que paternal ruega por sus hijos,
Las sombras de plata que aparecen entre los negros pasillos,
Niños de osamenta cromada vendiendo lo que les resta de vida.
Siguen andando huecos, como soñando despiertos.
Una madrugada pasa,
Una noche pasa,
Un día pasa y abajo,
Más abajo claman los cadáveres de lata,
Muy lejos, muy muy lejos, a 9249 kilómetros,
Ríen los altares, las vírgenes y los santos mercaderes que ya no recuerdan sus negros milagros.
Oremos.